El rosario es la oración por excelencia después de la misa, por su popularidad y por su efectividad.
Por ese motivo es también una oración clave para liberar a las almas del purgatorio, sobre todo porque está cubierta por indulgencia parcial y también es uno de los ejercicios bendecidos por indulgencia plenaria que puede ser ganada en forma diaria.
Para esto último se requiere el rezo en comunidad, o sea dos o más personas o frente al santísimo sacramento si es individualmente.
Además como requisitos está el rezar 5 misterios seguidos y por las intenciones del Santo Padre que usualmente se rezan en la parte del principio o el final según sea la costumbre con el padrenuestro, las tres ave maría, el gloria y el Credo.
Y también es requisito la confesión de nuestros pecados y la comunión eucarística además de no tener apego a ningún pecado inclusive los veniales.
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Rezo del Santo Rosario
Por lo que he visto, existen dos formas de rezar el Rosario y básicamente una es comenzar con los misterios y finalizar con las oraciones por las intenciones del Santo Padre o sea con el Padre Nuestro, las tres Ave María, el Gloria y el Credo, y la otra es comenzar con estás oraciones y después pasar a los misterios, por ese motivo les dejo las dos opciones para que elijan la que usen.
En ambos casos hay que persignarse:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, libranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
y rezar un acto de contrición pidiendo por el perdón de nuestras faltas y culpas.
Ahora pronunciar las intenciones por las que se va a rezar el Rosario.
Si reza el Credo al principio, pida por las intenciones del Santo Padre si desea ganar la Indulgencia Plenaria (recuerde que debe confesarse y comulgar además)
Rece el Credo en la cruz del Rosario, luego en la primer cuenta grande rece un Padrenuestro, en las tres cuentas pequeñas rece un Ave María por cada una y finalmente en la siguiente cuenta grande rece el Gloria.
Si reza el Credo al final empiece aquí
En el corazón comience enunciando el primer misterio doloroso, y su meditación y a continuación el Padrenuestro luego por cada una de las 10 cuentas pequeñas un Ave María y al final un Gloria, terminando con la jaculatoria:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Y agregamos una jaculatoria especial por las Almas del Purgatorio que va cambiando según el misterio doloroso que estemos meditando.
Luego en cada Cuenta grande vamos meditando cada uno de los misterios en orden y realizando las mismas oraciones cambiando la jaculatoria especial según el misterio que corresponda.
Primer misterio doloroso. La Agonía de Jesús en el Huerto.
(Salió y fue, según su costumbre, al monte de los Olivos. Sus discípulos lo acompañaban. Cuando llegó al lugar, les dijo: “Orad para no caer en la tentación”.
Él se apartó de ellos como un tiro de piedra, se arrodilló y se puso a orar, diciendo: “Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Y se le apareció un ángel del cielo reconfortándolo. Entró en agonía, y oraba más intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo.)
(Lc 22,39-44)
Jaculatoria: Señor Jesucristo, por el sudor de sangre que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas misericordia de las benditas Almas del Purgatorio. Líbralas del temor y del dolor y consuélalas con tu consuelo divino. Amén.
Segundo Misterio Doloroso. La Flagelación del Señor.
(Entonces Pilato mandó azotar a Jesús.)
(Jn 19,1)
Jaculatoria: Señor Jesucristo, por la flagelación dolorosa que soportaste con paciencia te pedimos que tengas misericordia de las benditas Almas del Purgatorio. Retira de ellas tu cólera y dales el descanso eterno. Amén.
Tercer Misterio Doloroso. La Coronación de espinas.
(Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le vistieron un manto de púrpura; se acercaban a él y le decían: “¡Viva el rey de los judíos!” Y le daban bofetadas.)
(Jn 19,2-3)
Jaculatoria: Señor Jesucristo, por la coronación dolorosa que soportaste con paciencia por nuestros pecados, te pedimos que tengas misericordia de las Almas del Purgatorio y dales la corona de la felicidad eterna. Amén.
Cuarto Misterio Doloroso. Jesús con la Cruz a cuestas.
(Jesús quedó en manos de los judíos y, cargado con la cruz, salió hacia el lugar llamado “la calavera”, en hebreo “Gólgota”, donde lo crucificaron.)
(Jn 19,17-18)
Jaculatoria: Señor Jesucristo, por el peso doloroso de la cruz que cargaste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas misericordia de las Almas del Purgatorio. Líbralas del gran peso del sufrimiento y llévalas a la paz eterna. Amén.
Quinto Misterio Doloroso. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
(Después de esto, Jesús, sabiendo que todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: “Tengo sed”. Había allí un vaso lleno de vinagre; empaparon una esponja en el vinagre, la pusieron en una caña y se la acercaron a la boca. Cuando Jesús lo probó, dijo: “Todo está cumplido”. E, inclinando la cabeza, expiró.)
(Jn 19,28-30)
Jaculatoria: Señor Jesucristo, por la Crucifixión dolorosa que sufriste con tanta paciencia por nuestros pecados, te pedimos que tengas misericordia de las benditas Almas del Purgatorio. Vuelva hacia ellas tu divino rostro para que gocen contigo hoy día de las alegrías del paraíso. Amén.
Oraciones Finales
Si no comenzó con el Credo ofrezca estás oraciones por las intenciones del Santo Padre (si quiere ganar la indulgencia plenaria recuerde que debe confesarse y comulgar) rece el Padre nuestro, los 3 Ave María, el Gloría y el Credo.
Tanto si comenzó con el Credo al principio o lo rezó al final rece el Salve.
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